En algún momento me llegue a tomar la libertad de cambiar la actividad de Química por una actividad en el patio de la escuela donde mis alumnos tenían que contestar algunas preguntas relacionadas al tema de Química pero mediante una actividad física.
La verdad es que el tema si era pesado para la hora, pero además requería su total atención!! por lo que decidí jugar con ellos en el patio jalando una cuerda solamente que si el equipo contestaba bien y el otro no, un miembro debía pasarse del otro lado; al parecer les agradó, sobretodo a las chicas.
Es increíble que pensemos que una clase no puede ser lo suficientemente dinámica ni vincular una asignatura con otra; yo puedo asegurar que me da un excelente resultado.
El juego es fundamental en todas las etapas del desarrollo físico, emocional e intelectual en las primeras etapas de la vida, especialmente en la pre adolescencia y adolescencia ya que se desarrollan y fortalecen capacidades y habilidades físicas, mentales, emocionales, racionales y afectivas, concluye un estudio de The Social Brain Development (El desarrollo del cerebro social) de Sarah Blakemore.
Aún en la pubertad y la adolescencia el juego puede cumplir un importante papel en la formación de sinapsis cerebrales gracias a lo prolongada que es la maduración de este órgano del cuerpo. El juego es considerado como una de las maneras más efectivas del aprendizaje, dado que, mediante actividades lúdicas y de esparcimiento, las personas aprenden y memorizan las cosas de una manera práctica y sencilla.
Es así como los hábitos, los procesos, los límites y las normas pueden ser enseñados a los menores y los jóvenes, a través de juegos sencillos que favorecen no sólo un completo entendimiento, sino que también aseguran que la lección quede aprendida para toda la vida; “juegos que involucren destrezas físicas (actividades deportivas, interpretación musical), trabajo cooperativo de corresponsabilidad (juegos en equipo), y/o razonamiento abstracto (ajedrez, sudoku), ayudan al desarrollo cerebral”.
esto sucede porque en la adolescencia ocurre un profundo remodelamiento del cerebro, en lo que tiene que ver con los mapas motores y sensitivos de la corteza debido al cambio rápido de talla y masa corporal, y cambios en cuanto a maduración de la corteza de asociación pre frontal, que tienen que ver con funciones ejecutivas, pensamiento abstracto, juicio y raciocinio así como la toma de decisiones.
Los juegos que más favorecen a los adolescentes y adultos son aquellos que requieren combinar diferentes habilidades cognoscitivas: atención, memoria, lenguaje, razonamiento espacial, etc. Al mismo tiempo, la actividad física constante contribuye a regular el metabolismo y a mejorar las condiciones cardiovasculares y respiratorias lo que va a favorecer el funcionamiento cerebral.
El juego es un espacio y momento natural en el que se socializa y se aprende a la vez que sirve de puente entre el adolescente y sus pares para desarrollar destrezas y habilidades que se manifestarán durante el resto de la vida.
Trabajo del Médico Neurólogo Roberto Antonio Suárez, Jefe de la división de Ciencias Básicas de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud.
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