Cuando en su momento se trabajó lo de los CLUBES, yo escogí el laboratorio de ciencias como parte de las Actividades Formativas. La consigna de ese período fue el de crear en automóvil hecho de botellas de plástico, tapitas y ligas. Tenían que medir distancias, fuerza, velocidad etc... conceptos que se pocas veces interesa a los adolescentes en la asignatura de física o matemáticas.
Me sorprendió ver de lo mucho que se esforzaron para lograr el cometido. Hubieron aspectos en los cuales tuvieron que revisar el procedimiento que realizaron para que su carrito avanzara lo que me permitió observar era lo comprometidos que estaban pero que además se estaban divirtiendo.
Al realizar esta actividad mucho del perfil de egreso se estaba cumpliendo, desde la creatividad hasta el trabajo colaborativo (Ya que los organicé por parejas) y no importa la edad que tengas, siempre aprenden mejor mis alumnos si se divierten haciendo y aprendiendo; aprendes haciendo.
La metodología de aprendizaje “aprender haciendo” proviene de la corriente constructivista que tiene su fondo en el aprendizaje en contra de los enfoques fundamentados en la enseñanza. Así, esta metodología pedagógica se aleja de las técnicas didácticas basada en la recordación o memorización y se acerca a las técnicas del saber haciendo (Moerbeke, 1982, Wompner, 2007). Aprender haciendo no es un concepto novedoso, pues desde Aristóteles se cita que “Lo que tenemos que aprender a hacer, lo aprendemos haciendo”, ya que de hecho siempre aprendimos haciendo desde nuestros padres, profesores, amigos, el mismo entorno, entre otros factores. En Europa fue el método clásico de la formación vocacional desde la Edad Media, que inicia con la relación organizacional entre enseñanza-aprendizaje, es decir, la relación entre los expertos y sus discípulos (Guenter, 1994, Jonassen, 1993).
En la edad moderna, John Dewey distingue entre los profesores que crean escenarios definidos y claros para sus estudiantes con oportunidades de hacer y reflexionar sobre los resultados más allá del aula. La vida moderna ha creado condiciones dinámicas de estrés conceptual que logra romper la imaginación y la creatividad que imagina comunidades de práctica, sólo como un hecho histórico, que gira en torno a un sabio que no acepta modos alternativos de actuar en tiempo y espacio. En este contexto, la reflexión que está en manos del sabio castra el desarrollo del aprendiz y lo somete a su forma de proceder, sin abrir su pensamiento a la diversidad temática y al entorno de la vida real. Las formas de aprendizaje así tallarán en los aprendices un juicio de adquisición-construcción de su conocimiento y destreza (Shuell, 1986).
Construcción del Conocimiento = Aprendizaje Constructivista. Teoría que se basa principalmente en la construcción del conocimiento, y no en su reproducción. Un aspecto esencial es que se enfoca en tareas auténticas, las cuales tienen relevancia y utilidad en el mundo real. La idea principal de esta teoría es que el aprendizaje se construye, la mente de las personas adquiere nuevos conocimientos tomando como base las enseñanzas anteriores adquiridas.
El Aprendizaje Constructivista lo construye el estudiante. El aprendizaje constructivista es activo ya que son los mismos alumnos quienes construyen conocimientos por sí mismos. El estudiante selecciona y transforma la información, construye hipótesis y toma decisiones. Cada individuo, según su propio ritmo, construye significados a medida que va aprendiendo, haciendo propia la información recibida. Este tipo de aprendizaje requiere de una contextualización con tareas significativas culturalmente con las que el estudiante aprende a resolver problemas con sentido.
Es así como esta teoría permite orientar el proceso de enseñanza-aprendizaje desde una construcción de significados, la cual responde a la necesidad del estudiante de “construir” su propio conocimiento a través de la experiencia. Cuando esta experiencia se da, se establece una estructura cognitiva que desarrolla esquemas y modelos mentales los cuales van cambiando, se agrandan y se vuelven más sofisticados. Esta teoría implica además que cada persona aprende de diversas maneras, lo que requiere de estrategias metodológicas específicas que estimulen potencialidades, optimicen recursos y que propicien al alumno confianza en sus propias habilidades para comunicarse y aprender a aprender.
El proceso del aprendizaje constructivista en los estudiantes. El punto de partida del aprendizaje constructivista son los conocimientos y experiencias previas que tiene el alumno. Sin embargo, el componente afectivo es relevante durante este proceso. Dentro de los factores afectivos que juegan un papel importante se encuentran: la disposición por aprender, las metas personales, las expectativas y el autoconocimiento.
El principio educativo asociado a esta teoría enfatiza que el conocimiento es un producto de la interacción social y de la cultura. Es así como el aprendizaje constructivista y su enseñanza:
1.- Implica un proceso constructivo interno de reorganización de esquemas, haciéndolo subjetivo y personal.
2.- Se facilita gracias a la mediación o interacción con los otros, es social y cooperativo.
3.- Es un proceso de (re)construcción de saberes culturales.
4.- Según el grado de aprendizaje depende del nivel de desarrollo cognitivo, emocional y social; y de la naturaleza de las estructuras del conocimiento.
5.- Utiliza materiales de aprendizaje significativos que facilitan la construcción de “puentes cognitivos” entre el conocimiento nuevo y lo familiar.
Sin embargo, es el docente quien orienta esta experiencia para que el proceso de aprendizaje de los estudiantes se vincule con una mejor forma de aprender y que funcionen como elementos para la construcción de su propio conocimiento.
Referencias:
-ARAYA, Valeria, ALFARO, Manuela, & ANDONEGUI, Martín
2007 Constructivismo: Orígenes y perspectivas. Revista de Educación. Barquisimeto: Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
-PULGAR, José Luis
2005 Evaluación del aprendizaje no formal. Recursos prácticos para el profesorado.
Madrid: Narcea.
-UNIVERSIDAD SAN BUENAVENTURA
2015 Las corrientes constructivistas y los modelos autoestructurantes. En: N.N.,
Los modelos pedagógicos (pp. 143-185). Bogotá: Universidad San Buenaventura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario